Para los relojes de carga automática uno de los puntos más delicados en el momento de proceder a un mantenimiento o reparación, es la revisión o sustitución del muelle real. Como ya sabemos el muelle real o cuerda en este tipo de barriletes, no dispone de la brida tradicional de agarre en la pared del tambor de barrilete, en su lugar montan una brida de frenado que fricciona por la pared del tambor del barrilete y depende directamente en gran parte de ella, el buen rendimiento del conjunto. La energía que aporta debe ser la necesaria para el buen funcionamiento del reloj; tanto en la autonomía de marcha como en el momento de fuerza que debe llegar al regulador. También es de vital importancia como se suministra esta energía durante las 42 horas mínimo, que debería funcionar un reloj automático. Para medir el rendimiento de un muelle dentro del barrilete, debemos verificarlo con un Dinamógrafo. Con el gráfico resultante y analizando las curvas llegaremos a una conclusión; ya sea para analizar la tensión del muelle en el armado (dar cuerda) como para la distensión en el desarmado. A continuación vamos a explicar unos ejemplos de gráficos a modo solamente didáctico.

Los gráficos. El conjunto del grafico se compone de unas celdas que representan las vueltas que dará el muelle real y en este caso son 6 vueltas de desarrollo dentro del tambor. También podemos ver unas curvas en dientes de sierra C que son el resultado del deslizamiento de la brida de frenado por la pared del tambor. A y B son las curvas de armado y desarmado del muelle real y Mgl y Mo son los registros del momento de deslizamiento y de fuerza del muelle real

Análisis del gráfico. Las curvas en dientes de sierra dentro de una de las celdas, nos indica cuantas veces durante una vuelta del muelle real se ha deslizado por la pared del tambor; en el caso que nos ocupa van de tres a cuatro veces por vuelta sin control aparente. Este caso es el típico de un tambor sin ninguna muesca de control del deslizamiento en las pared del tambor; de ahí la irregularidad del trazo y la cantidad de ellas.

Nota: es un gráfico típico de un tambor de reloj “vintage”.

Tambor de muescas.

Actualmente no se entendería un tambor de barrilete sin las muescas en un reloj automático moderno. Estas muescas que se fresan en la pared interior del tambor y que van de arriba hacia abajo, son un deposito de lubricante y una forma de regular el deslizamiento de la brida de frenado del muelle real. En el dibujo que mostramos hay 8 de ellas, pero en otros barriletes solamente llevan 4. La lubricación en este punto es muy especifica, tanto por el tipo de lubricante como por la cantidad y colocación dentro de la ranura.

El resultado que se obtiene de un gráfico de rendimiento en este caso es muchísimo mejor que en el caso anterior; si nos fijamos en los dientes de sierra son regulares y de la misma cantidad de deslizamientos por vuelta; esta uniformidad en el sistema proporciona al reloj mucha estabilidad en el suministro de energía al regulador con la consecuencia directa de una buena marcha y una mejor afinación.

Resumen final.

Para tener al final de un mantenimiento o reparación de un reloj de pulsera mecánico, la garantía de un excelente funcionamiento y por tanto una marcha fiable y con mucha precisión; es imprescindible que el suministro de energía que se genera en el barrilete, sea muy constante y estable en su aportación: en otras circunstancias como en el ejemplo del primer gráfico; no se conseguirá esta tan buscada máxima precisión posible, en este tipo de relojes.

Observación importante: es tan delicado el asunto que nos ocupa que actualmente los fabricantes de relojes a sus servicios técnicos no les suministran muelles reales sueltos; les mandan barriletes completos cerrados ya listos para montar