Introducción.

Todos los profesionales relojeros saben; que la lubricación en los relojes de pulsera es de vital importancia. La aplicación de lubricantes en la máquina del reloj es una necesidad para poder dar duración y correcto funcionamiento a gran parte de los componentes y elementos de este mecanismo o como decimos en relojería al movimiento del reloj.

Antiguamente los relojeros tenían que apañarse con aceites y grasas de muy bajo rendimiento (minerales o de animales) y por necesidad del funcionamiento y la duración, los aplicaban con el convencimiento de su destrucción en un tiempo relativamente corto.

Actualmente se dispone de unos muy buenos lubricantes tanto en aceites como en grasas del tipo totalmente sintéticos y que permiten un rango de funcionamiento y de rendimiento muy altos.

Una vez dicho esto y sabiendo que disponemos de estas calidades en lubricantes, nos vamos a centra en como debemos proceder para lubricar con el aceite adecuado según presiones y temperatura, las piedras de contra-pivote de algunos rubís, sobre todo para relojes de los llamados “vintage”.

Para ilustrar el tema disponemos de un dibujo que permite ver la disposición del aceite una vez introducido en las piedras figuras 145 y 146.

Conjunto de contra-pivotes para eje de volante no “Incabloc” o similares.

Observación: En los dibujos mostramos el comportamiento de las gotas de aceite introducidas dentro de las piedras, su forma y cantidad; todo ello es posible por el procedimiento que a continuación describimos.

Procedimiento.

Paso previo importante: desmontar el conjunto de piedras de contra-pivote y limpiarlas con mucho esmero sin dejar restos del lubricante seco o sucio anterior.

Seguidamente montamos de nuevo el conjunto y le damos la vuelta para dejar la parte de la concavidad hacia arriba.

Primer paso:  con un engrasador “pica-aceite” del tamaño adecuado al deposito, introducimos una gota de aceite, que podría ser perfectamente un Moebius Synta-A-Lube o similar.

Nota importante: el ángulo de capilaridad de unos 20 grados de inclinación suficiente para depositar y retener en forma circular la gota de aceite.

Segundo paso: con un útil tipo aguja muy fina y pulida se pincha el aceite a la vez que se introduce esta en el agujero del conjunto de piedras, para que por capilaridad de este útil se deslice el aceite y se introduzca dentro entre la cavidad de las dos piedras.

Esta gota en forma circular perfecta debería tener una medida suficiente para que el pivote que roza por las piedras estuviera bien lubricado durante largo tiempo.

Dibujo de los tres pasos del procedimiento.

 

Tercer paso: Verificar y controlar la cantidad y la calidad de la gota de lubricante, además de asegurarnos, que no queda mucho aceite sin penetrar en el orificio; puesto que sería un posible problema a la hora de dar la vuelta al conjunto. Tampoco es conveniente que esté seco del todo; lo ideal es un pequeño resto que no suponga un inconveniente de un posible deslizamiento hacia la parte del eje no deseable.

 

En resumen: la lubricación de este tipo de conjunto de piedras puede encontrase en los ejes de volante de los relojes sin sistema de parachoques para los pivotes del eje de volante; también en algunos puentes de rodaje sobre todo para los pivotes de la rueda de escape y en muchos casos si el movimiento de de alta calidad, para asegurar que los  lubricantes del conjunto de rodajes del reloj permanezca largo tiempo en su mejor versión, al no afectarle tanto la suciedad y los cambios de temperatura.

En cuanto a los tipos de aceites o grasas a aplicar en cada caso, las guías técnicas de los fabricantes ya nos orientan sobre este caso y si nos enfrentamos a relojes del tipo llamados “vintage” el criterio para aplicarlos siempre debe prevalecer la medida de los elementos la presión a la que están sometidos y la temperatura que deben soportar.